El desarrollo de contenidos de las cátedras Etnografía I y Etnografía II (asignaturas obligatorias del 2do y 3er año de la Licenciatura en Antropología de la FCNyM) incluye, en los últimos años, la implementación de prácticas vinculadas con el trabajo de campo etnográfico para la formación de las y los futuros antropólogos. De este modo se articulan estrategias pedagógicas clásicas, que incluyen la discusión de los textos consultados y problematizados en las clases, con otras estrategias que permitan trascender el contenido de las lecturas y los límites físicos del aula, fomentando la preparación del futuro graduado como sujeto políticamente involucrado en las intervenciones, y la dimensión ética del proceso colaborativo entre los actores universitarios y las comunidades (Morgante y Valero, 2023).

La teoría y la metodología de trabajo de campo constituyen componentes centrales del quehacer antropológico. Por ello, poniendo el énfasis en la significación que los aprendizajes tienen para las personas, se reconoce que la experiencia de campo siempre excede los “modelos” y requiere adecuaciones a situaciones no previstas en el diseño (Martinez et all, 2016). Es así como, pensando al aprendizaje como experiencia activa de construcción de saberes por parte de los y las estudiantes, ambas asignaturas hacen foco en la experiencia educativa (Dewey, 2010 Experiencia y educación. 2da ed. Biblioteca Nueva).

Compartiendo estas premisas, en los últimos meses iniciamos el diálogo entre los equipos docentes de ambas asignaturas que, interesados en reflexionar y valorar las propuestas que cada una desarrolla en su propuesta académica, comenzaron a bosquejar posibles articulaciones y colaboraciones. El día 2 de diciembre pasado se realizó un encuentro presencial que incluyó auxiliares y profesores de Etnografía I y II, en donde fue posible reflexionar sobre los alcances de potenciar las acciones anteriormente desarrolladas, compartiendo una propuesta articulada aplicada a un territorio común. El espacio elegido fue el Barrio de Villa Argüello, donde se encuentran en ejecución varios proyectos de docentes-investigadores-extensionistas del LINEA. De este modo, las prácticas pre-profesionales se inscriben en una perspectiva de prácticas integrales y de una doble vía entre la universidad y los territorios, así como en una revisión de formas tradicionales de concebir y conceptualizar la producción y circulación de saberes (Morgante y Valero, 2020). 

Entendiendo que ambas experiencias pueden articular y dejar de constituirse como aisladas para integrarse como momentos de una “continuidad” o proyecto mayor, este encuentro constituye el inicio de un proceso que dinamizará nuevas formas de enseñar, revisando y promoviendo prácticas docentes transformadoras en la enseñanza de los contenidos etnográficos.