“Se pide por todas las almitas conocidas…”
2 de Noviembre. Día de los santos difuntos
También conocido como Día de Todos los Muertos o de las Almas, cada 2 de Noviembre se celebra en distintos lugares de América una fecha calendaria producto del sincretismo de creencias pre-hispánicas y católicas.
Los preparativos comienzan el día previo, que se conoce como el de Todos los Santos. Cada primero de Noviembre se ruega para que el alma de las personas fallecidas en los últimos años alcancen el cielo, la morada deseada, y no puedan causar “daño” entre quienes continúan en el mundo de los vivos. Hacia el mediodía se monta una mesa alta en los domicilios particulares y se ponen ofrendas que se prepararon en los días previos. El día dos de Noviembre las almas se acercan a la tierra, y pese a que no se ven se puede sentir su presencia. Hacia el mediodía, las familias concurren a la misa, “florean” las tumbas y convidan con ofrendas a sus difuntos.
En el año 2018, investigadores del LINEA participamos de esta celebración, realizando un relevamiento etnográfico en el Departamento de Molinos (valles Calchaquíes, Salta). En esa oportunidad, una vecina de Tomuco decía:
“Se pide por todas las almitas conocidas, parientes o no parientes. Se pone la mesa y mantel con ofrendas: agua, empanada, locro, asado, pan, caramelos, vino… Para ofrendar a las almas. Llegadas las 12:00 del día primero se separa una parte para enterrar en un pozo grande, y se echa nombrando a cada alma. Eso era costumbre (…) También se hacía una tabiada (juego de taba). Según dicen que vienen ese día las almas. Cuando estamos en misa, en el cementerio, vienen ese día, están presentes. Algunos dicen que hacen ruido…”
Esta celebración, que con algunos matices se oficia en todas las localidades del noroeste argentino, es una expresión más del patrimonio de estas sociedades y se inscribe en una concepción de la vida y de la muerte, y de la regulación de las contraprestaciones entre los distintos componentes de sus cosmovisiones, que se transmite y se recrea a lo largo de las generaciones.
La festividad fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2008.
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